
Mucho se ha charlado en las reuniones asterianas sobre la famosa valija con plata. De qué pasaría en el caso de que alguien se encuentre con mucho dinero y documentación del dueño, todo prolijamente ordenado en un maletín, tirado ahí en la calle.
Sólo dos personas en toda la mesa anunciamos que devolveríamos al dueño lo que corresponda, asumiendo la engorrosa culpa de ser un
boludo. Porque el argentino medio se queda con la guita. Algunos afirmaban que si alguien pierde algo es porque mucho valor no tiene para él.
Otros, más duros, confiaron que tal pérdida es merecida porque el que pierde algo tan costoso es un verdadero pelotudo.
Yo, el viernes, perdí algo realmente valioso que me está costando algunas mañanas de trámites y exposiciones policiales, y me gustaría que alguien, de encontrarlo, me lo devuelva (en este caso lo que perdí no le sirve a nadie, no es guita).
Supongo que, con la mesa del aster como campo de encuesta, las probabilidades de recuperarlo son mínimas.
A propósito, de vez en cuando sale en los diarios algún caso de gente que devuelve la guita sin chistar, como el caso de los
tres pibes de La Pampa que creo que pasó ayer, o el del famoso
Taxista que devolvió 130 lucas.
¿Ejemplos a imitar? ¿Gente con otros valores? ¿Gente estúpida? ¿Hay que devolver o no la guita?
Todas las respuestas pídalas a su almacenero amigo.