viernes, 29 de julio de 2011

Nasta

Uno de los conflictos más frecuentes que atraviesa la ciudad de Comodoro Rivadavia es la falta de combustibles. Es un clásico. Ya sea por piquetes en refinerías, conflictos en distribuidoras o estrategias conspirativas por parte de las petroleras, la ciudad enfrenta, una o dos veces por mes, un conflicto que afecta a la comunidad automotriz toda. Es cierto que a veces ese conflicto se despliega a nivel nacional inquietando a usuarios de distintas localidades del territorio, factor que por amplitud no analizaremos en estos renglones.

Particularmente en nuestra ciudad, cada vez que se informa sobre una posible amenaza de escasez se da un fenómeno de paranoia sin precedentes. Todos tienen que ir a cargar combustible porque sin él la ciudad nadie se mueve. La señora que va a la panadería del barrio, el señor que va a la peluquería, y el pibe que labura a siete cuadras de su casa, todos necesitan nafta por igual. Es cierto que también hay usuarios menores, como remises, taxis, transportes o fleteros, que utilizan sus vehículos para trabajar, pero a nadie le importa, todos merecemos un tanque lleno. Para el ciudadano medio portador de vehículo es imposible subirse a un colectivo. Esperar diez minutos y viajar con otra gente es, suponemos, una costumbre difícil de transitar.

Pero hay un factor que, considero, influye en el fenómeno de la escasez, y es el crecimiento de la demanda a raíz de las apocalípticas noticias previas por parte de los medios. “DESDE MAÑANA NO HABRÁCOMBUSTIBLES EN LAS ESTACIONES DE SERVICIO” titula un diario, “LOS VEHÍCULOS YA ESTÁN HACIENDO COLA PARA CARGAR COMBUSTIBLE” dice un movilero respirando con esfuerzo, cual corresponsal de guerra en pleno campo de batalla. El oyente o lector no puede hacer oídos sordos a tremendos pronósticos y arremete por un lugar en la fila atestada de balizas. No importa si la aguja marca tres cuartos de tanque, hay que cargar nafta porque no existe en el mundo la posibilidad de quedarse a pata, de rastrear monedas para viajar en (horror)el transporte público.



Soy partidario de la idea de que si todo el mundo no se agolpara en las estaciones, el suministro, por momentos limitado, alcanzaría para abastecer a la población motorizada en medida cautelar, si sólo cargaran los vehículos que van a las estaciones por necesidad, como ocurre en las jornadas “normales”.

Sabrán que considero a los medios locales (FM del Mar, Radio Visión, Diario Crónica, El Patagónico) responsables absolutos de tremenda paranoia. No por su carácter informativo (siempre necesario) sino por su visión apocalíptica y su habilidad para generar pavor a partir de dudosas primicias periodísticas.

¿Se agolparían menos autos si el diario fuese más moderado al titular una nota? ¿La impaciencia colectiva disminuiría si el locutor no expresara su informe cual pastor evangélico a punto de exorcizar ancianas poseídas? No lo sé, pero considero que todos los factores influyen.

Es cierto que el conflicto nos lleva al planteo del huevo y la gallina. Los usuarios se desesperan porque escuchan la noticia, pero la noticia surge porque los usuarios se desesperan. Es la historia de nunca acabar. Ahora, si los medios y los usuarios alguna vez llegamos a utilizar nuestro escaso sentido común y asumir con responsabilidad el uso que le damos al vehículo, quizás podamos reducir (quizás no evitar) tan desesperante situación.

A los medios les pido, moderen. A los usuarios: caminen, viajen en bondi, dejen la nafta para quienes es imprescindible.

miércoles, 27 de julio de 2011

Cars

Algunos vehículos con los que uno puede toparse si anda por el Reino Unido:

Típico taxi inglés.

Smart Roadster

Roll Royce Phantom

Porsche Panamera (5 puertas, muy feo)


Nissan Figaro (auto retro onda 60´s fabricado después de los 90)

Un Mini con un ploteado muy loco.

Lotus Elise

Ferrari F360 (creo)


Cobra.

Aston Martin DBS o DB9

jueves, 21 de julio de 2011

feisvuc

Sólo por cosas como ésta yo me haría una cuenta de Facebook.